sábado, abril 20, 2024
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El tripartito de Olaf Scholz discrepa en la búsqueda de soluciones para la crisis del gas

En febrero los suministros del gas ruso representaban aún 55% del total que importaba Alemania, mientras que ahora se sitúa sobre el 15%

El tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller alemán, Olaf Scholz, empezó a mostrar sus discrepancias en la búsqueda de soluciones a la escasez de suministros de gas ruso y el encarecimiento del sector, mientras siguen llenándose los depósitos de cara al invierno.

Las presiones sobre el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, se extendieron al Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, además de a los liberales del titular de Finanzas, Christian Lindner.

El presidente del SPD, Lars Klingbeil, afirmó que Habeck ha cometido «chapuzas» en lo que se refiere a la implantación de una tasa sobre el gas, que se implantará en octubre tanto a hogares como a la industria. Lindner apremió desde el dominical del popular diario «Bild» al ministro de Economía, con rango de vicecanciller en el tripartito, a imprimir ritmo a la reforma del mercado energético.

Habeck, según reveló el diario económico «Handelsblatt», estudia desvincular el precio del gas del de la luz, para evitar que el primero «contamine» al otro, aunque en el marco de una reforma a medio plazo. Este plan rompería con el principio, defendido hasta ahora por Alemania entre otros países europeos, de vincular el precio del gas y la electricidad. A Habeck le corresponde llevar adelante la transición hacia una energía verde y, a la vez, cortar con la dependencia respecto a Rusia. Es el político mejor valorado del país, pero la cuestión de la tasa sobre el gas ha hecho que lluevan sobre él las críticas tanto de la oposición como de sus socios.

La regulación debe ser aún revisada tras revelarse que puede beneficiar a empresas que generan ganancias, según admitió el propio ministro, cuyo departamento busca cómo garantizar que la tasa sirva para apoyar solo a las empresas con problemas de liquidez. El objetivo de la tasa es paliar los efectos de la reducción de suministros de gas ruso en empresas como la alemana Uniper, de la que depende su distribución en municipios de todo el país, que se han visto obligadas a comprar gas a mayor precio de otros proveedores.

La tasa, establecida en 2,419 céntimos de euro por kilovatio/hora (kWh), acarreará costes adicionales de varios centenares de euros anuales en los hogares alemanes que consumen gas -un 49% del total-. Habeck reconoció que su implantación era un paso «difícil» o hasta «amargo», pero lo justificó como necesario. Si los proveedores de gas quebrasen, la consecuencia sería que ya no podrían abastecer a sus clientes y, en el caso de los hogares, éstos tendrían que firmar nuevos contratos con otras empresas al precio actual del gas, argumenta el ministro. La cuestión planea sobre el tripartito de Scholz, que esta semana mantendrá una reunión extraordinaria de dos días, martes y miércoles.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, asistirá a la primera jornada, una reunión cuya atención se centra en el interés declarado de Scholz por una interconexión gasística con España y Portugal. Habeck ha acelerado la búsqueda de alternativas al gas ruso y la reducción de la dependencia energética respecto a Moscú, «heredada» de los gobiernos anteriores -tanto bajo el gobierno del socialdemócrata Gerhard Schröder como de los 16 años en el poder de la conservadora Angela Merkel-.

En febrero, los suministros del gas ruso representaban aún un 55% del total que importaba Alemania, mientras que en junio había bajado al 25% y ahora se sitúa sobre el 15%, según cifras recientes del Ministerio de Economía. Los envíos procedentes de Rusia se han sustituido principalmente por gas de Noruega y de Países Bajos.

Los depósitos están en un 82% de su capacidad, según las últimas cifras la Agencia Federal de Redes alemana -la Bundesnetzagentur-, con lo que se estima que se logrará alcanzar la próxima semana el 85%, el nivel inicialmente marcado para octubre. El objetivo de Habeck para garantizar que no habrá escasez de gas en invierno es del 95% en noviembre.

Fuente: EFE

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