viernes, marzo 29, 2024
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El secretario de Hitler

Los miembros de la cúpula del poder nazi en Alemania son bien conocidos: todos hemos escuchado hablar de Heinrich Himmler, Hermann Göring o Joseph Goebbels. Pero hay un personaje mucho más desapercibido y oscuro cuya influencia dentro del régimen nacionalsocialista fue clave. Estamos hablando de Martin Bormann

Martin Ludwig Bormann nació en la ciudad de Wegeleben en 1900. Su padre trabajaba como empleado postal mientras que su madre era ama de casa. Desde muy pequeño, Bormann demostró ser un gran estudiante y cursó la carrera de Agronomía en la Universidad de Weimar. Cuando comenzó la Gran Guerra en 1914, se alistó al rango de brigada de artillería, aunque nunca combatió debido a su juventud. 

Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, se extendió por Alemania la Dolchstosslegende, la leyenda de la puñalada por la espalda. Básicamente, defendía que el ejército alemán no había sido vencido en el campo de batalla, sino que había sido traicionado por los propios alemanes, especialmente los judíos, aunque también socialistas y políticos republicanos. Esta será una tesis que posteriormente recogerá el partido nacionalsocialista, convirtiéndola en un punto esencial de su programa político. Esta idea servirá de caldo de cultivo para que Bormann dirija una organización antisemita que se dedicará a defender a Alemania de la humillación del Tratado de Versalles. 

Posteriormente, se unió a una de las tantas milicias ultranacionalistas de la época. Estaba comandada por Rossbach y se dedicaba a enfrentarse en peleas callejeras con los comunistas y socialistas. Tras pasar un año en la cárcel por la condena del asesinato de Walter Kadow, en 1927 se unió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). Bormann nunca destacó por su oratoria, seguramente por ello siempre tuvo un papel en la sombra. Se dedicó a cuestiones administrativas dentro del partido y creó el Fondo de auxilio del NSDAP para financiar el movimiento. 

Con la llegada al poder de Hitler en enero de 1933, Bormann empezó como secretario personal de Rudolf Hess, mano derecha del Führer. Martin Bormann comenzó a tejer una red de contactos muy extensa y empezó a ganarse la confianza de Hitler hasta tal punto que pasó a aceptarlo en su círculo más íntimo. Fue el encargado de las reformas del Berghof, la segunda residencia de Hitler en los Alpes Bávaros. También dirigió la construcción del famoso Nido del Águila

Siempre nos ha parecido que en la cúpula de poder nazi reinaba la unidad, pero nada más lejos de la realidad. Las luchas internas y las “intrigas palaciegas” eran muy habituales entre los altos cargos del partido. Bormann estaba en el centro de esos conflictos, lo que le llevo a enemistarse con muchos de los miembros del partido. Tras el viaje en solitario de Hess a Reino Unido, Hitler se sintió completamente traicionado y de alguna manera Bormann lo sustituyó como mano derecha de Hitler. Un aspecto poco conocido del régimen nacionalsocialista es la lucha contra la Iglesia (Kirchenkampf): Bormann fue uno de los impulsores de la persecución cristiana del régimen nacionalsocialista. En 1937 decretó que los miembros del clero no podían pertenecer al partido. 

En 1943, finalmente Hitler le nombró secretario personal, aunque de facto ya lo era anteriormente. Desde ese momento, el profundo sentimiento antisemita de Bormann le llevó a promulgar una persecución totalmente radical contra las poblaciones eslavas y los judíos de los países del Este

Ya en el final de la guerra, los altos cargos del partido se refugiaron en el Führerbunker tras el asedio de los aliados a Berlín. En la mañana del 29 de abril de 1945, Goebbels y Bormann, entre otros, firmaron el testamento de Hitler y el Führer contrajo matrimonio con Eva Braun en el bunker. Al día siguiente, se quitarían la vida. Bormann sería nombrado Ministro del Partido, lo que le convertía en el secretario general del NSDAP.

El 1 de mayo, Bormann abandonó el bunker junto a otros miembros del partido, intentando huir del cerco soviético cruzando el río Spree. Uno de sus acompañantes fue Axmann, líder de las Juventudes Hitlerianas, quien confirmó que Bormann había fallecido a causa de los bombardeos. Lo cierto es que los rusos no encontraron su cadáver e incluso se llegó a afirmar en 1972 que Bormann había sido localizado en Argentina o incluso en España. Pese a las especulaciones sobre su paradero en numerosos lugares del planeta, fue en 1998 cuando finalmente las autoridades alemanas realizaron los análisis genéticos de unos restos óseos encontrados en una excavación en el lugar que había indicado Axmann. Estos fueron incinerados y arrojados al mar Báltico.

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