jueves, marzo 28, 2024
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El PSOE andaluz, bajo el temor de un batacazo electoral que lastre aún más al Gobierno de Sánchez

Fuentes del partido advierten de que será difícil mantener el poder en La Moncloa si no logran recuperar el poder en Andalucía

El PSOE de Pedro Sánchez se enfrenta por primera vez al PP de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones andaluzas del 19 de junio, en las que los socialistas confían en movilizar el voto progresista para arañar apoyos, conscientes de que un batacazo en Andalucía lastraría al Gobierno central.

Aunque el PSOE evita interpretar en clave nacional las elecciones autonómicas de Andalucía, lo cierto es que los resultados que obtenga el 19 de junio en la comunidad autónoma más poblada de España son un buen indicador para medir sus fuerzas en el conjunto del país.

De hecho, un veterano socialista asegura a Efe que si el PSOE no logra recuperar el poder en Andalucía le resultará muy difícil mantener el poder en La Moncloa, al tratarse de una plaza «clave» y muy simbólica para los socialistas.

Además, la lectura nacional de las elecciones andaluzas es inevitable por ser la primera ocasión en la que se enfrentarán en las urnas el PSOE de Pedro Sánchez con el PP de Alberto Núñez Feijóo, que hace dos meses que asumió oficialmente el liderazgo del partido en sustitución de Pablo Casado.

A falta de confirmar la presencia que tendrá a lo largo de la campaña, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha volcado en la precampaña con actos en los que ha estado acompañado de varios ministros socialistas, lo que supone otra señal más de la trascendencia nacional de estos comicios.

El PSOE resta importancia a las encuestas que auguran una clara victoria para el PP en Andalucía, a pocos escaños incluso de la mayoría absoluta, al señalar que en otras ocasiones este tipo de pronósticos previos a una votación no se han cumplido.

Su objetivo inicial era recuperar el Gobierno de la Junta, en manos del PP y Ciudadanos, pero ahora los socialistas se conformarían con mantener un resultado similar al de las elecciones autonómicas de 2018, en las que ganaron pero no lograron gobernar.

Y es que en el PSOE son conscientes no sólo del empuje del PP, sino también de las dificultades para sumar con el bloque de partidos a su izquierda, muy «fragmentado» y con desavenencias que fueron visibles cuando Podemos se quedó fuera de la coalición ‘Por Andalucía’ al no llegar a tiempo para plasmar su firma en el registro.

Otro partido de izquierda que se presenta a estos comicios es Adelante Andalucía, que prefirió no sumarse a la coalición y al que las encuestan dan una representación mínima.

Ante este panorama, y teniendo en cuenta que el PSOE ya perdió el Gobierno de la Junta de Andalucía en las anteriores elecciones autonómicas, varias fuentes socialistas coinciden en que no lograr recuperar el poder en esta comunidad no sería tan traumático. «El palo ya nos lo llevamos en 2018», confiesa un diputado socialista.

La preocupación está en la repercusión que las elecciones andaluzas pueda tener a nivel nacional para el PSOE, ante el riesgo de que una victoria del PP les haga perder La Moncloa. Sin embargo, fuentes del Gobierno de Pedro Sánchez señalan que todavía queda año y medio para las elecciones generales, ya que no contemplan un adelanto electoral, y en ese tiempo «puede pasar cualquier cosa».

Tras el declive del PSOE en las elecciones autonómicas de 2019 en la Comunidad de Madrid, Sánchez acometió una profunda renovación de Gobierno, algo que podría volver a ocurrir tras las andaluzas si los resultados no son buenos para los socialistas, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de las municipales de 2023.

En el Ejecutivo se limitan a comentar que la decisión sobre una posible remodelación de Gobierno depende directamente de Sánchez y dependerá de cómo quiera afrontar lo que queda de legislatura.

Para tratar de arañar apoyos en Andalucía y acortar distancias con el PP, el PSOE confía en movilizar a los votantes progresistas, ya que uno de los principales enemigos a batir es la abstención, que fue uno de los motivos que les hizo perder el Gobierno de la Junta en 2018.

Otra dificultad añadida para el PSOE es el perfil de su candidato, Juan Espadas, sucesor de Susana Díaz y con menor proyección pública que sus principales rivales: el actual presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP), y la diputada de Vox Macarena Olona.

A todo esto hay que sumar el precedente de las elecciones de Castilla y León del pasado mes de febrero, donde PP y Vox sellaron el primer acuerdo para gobernar en coalición en un Ejecutivo autonómico, un escenario que el PSOE no descarta en Andalucía.

Fuente: EFE

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