jueves, abril 18, 2024
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El Plan Cebrowski

El Plan Cebrowski es uno de esos documentos nacidos de los esfuerzos de importantes expertos y estrategas estadounidenses que forman parte del entramado de think tanks, lobbys, organizaciones de estudios estratégicos o fundaciones académicas geopolíticas que van estableciendo patrones sobre los que se irá fundamentando la política exterior de Estados Unidos.

Ayer hablábamos de la importancia de los Lobbys y de los sistemas neoconservadores en Estados Unidos que sentaron las bases para las actuaciones de las administraciones Bush, Obama y Trump pues bien, hoy analizaremos uno de esos increíbles planes: El Plan Cebrowski.

El Almirante Arthur K. Cebrowski, como Paul Wolfowitz o Colin Powell, entendió que la caída de la URSS permitiría un debate continuo a nivel militar, operativo y táctico en un mundo que se estaba reconfigurando; entendía que los años noventa presentaban una situación similar al de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La derrota del enemigo, el espacio temporal de euforia, el triunfalismo por quedar sin rival, la problemática del surgimiento de nuevas potencias hostiles y la reconfiguración del mundo acorde a los intereses de Washington.

Cebrowski pensó que en los «felices años noventa» se produjo un cambio de geopolítica y una desalineación de la misma reduciendo la dialéctica política a un segundo plano en pos de una economía de mercado salvaje que vio el nacimiento del euro y la creación de gigantescos proyectos de inversión que acabó explotando en la brutal crisis del 2009 así como del crecimiento tecnológico sin control que, de forma ingenua, sirvió como una importante ayuda para estrechar lazos en el terrorismo internacional.

Este plan proponía la adaptación a este nuevo tipo de guerra y establecía que la Guerra contra el Terrorismo era una de las grandes oportunidades que permitirían a Estados Unidos remodelarse y gestionar el entorno de seguridad global.

Para ello establecía un nuevo modelo de American Way of War libre de la competencia con la URSS, que había consumido los recursos durante cuarenta años, y se establecía un nuevo modelo militar y de expansión basado en lo que Estados Unidos representaba para sí mismo y creía representar para los demás. Ahora, más que nunca, seguirían exportando democracia, libertad y capitalismo con el aval de haber sobrevivido a su gran rival: el socialismo científico de la Unión Soviética.

Los métodos implicaban una serie de pautas para controlar la situación y que se basaba en una reedición de la gestión de la Guerra Fría adaptado a un nuevo momento histórico con circunstancias diferenciadas y que se fundamentaban en cinco puntos:

The networking of American Warfare

La Guerra Asimetria es uno de los elementos más importantes del Plan Cebrowski y se basa en la contextualización de los elementos básicos de la nueva guerra detallado que cuestiones básicas para el desarrollo de la guerra como el frente o la guerra por el territorio carecerían de importancia.

Esto por lo tanto invalida de forma total la concepción clásica de la guerra mediante el desplazamiento de grandes contingentes hacia el foco de conflicto manteniendo guerras de movimientos o posiciones (como vimos en las guerras mundiales).

Eso significaba que se dejaba de administrar el ejército mediante una pirámide lista para usar el modelo de pirámide escalonada creando contingentes de tamaño mediano estacionados alrededor del mundo cuya confianza se deposita en oficiales y estos controlan contingentes dirigidos por suboficiales que son los que, en el campo de batalla, manejan las operaciones.

Esto establece al ejército como una tela de araña dirigido por unidades bien informadas, preparadas y con un gran valor añadido que convierten el campo de batalla más en focos de conflicto que en líneas de avances mediante operaciones en comandos lo cual implica una inversión en especialización de estas tropas.

Esto predice la guerra contra grupos de individuos en lugar de luchas contra estados al completo: guerra contra el terrorismo que implica la Guerra contra los Talibanes, Al Qaeda, el Baaz de Sadam Hussein etc…

The inevitability of American Warfare

No podemos olvidar que el ejército y las armas son otra forma de hacer política por lo que la capacidad real de actuación de las fuerzas armadas dependen del poder y la voluntad política del país. Estados Unidos es un claro ejemplo de unilateralismo desde el siglo XIX en el uso de la fuerza para la conquista del Oeste a México o el Caribe a España para posteriormente y, sobre todo, tras la Segunda Guerra Mundial, luchar por la supremacía.

Estados Unidos entiende que la Comunidad Internacional debe relacionarse de forma idealista a través de organizaciones internacionales que reconfigure el mapa conflictivo del mundo y que, esas organizaciones internacionales deben defender un ideal (democracia, libertad etc…) siendo Estados Unidos el defensor militar de esos principios.

Esto otorga a los Estados Unidos carta de naturaleza y le permite realizar operaciones alrededor del mundo para regular el equilibro de esta comunidad internacional para ello Estados Unidos debe tener una vía unilateral que pueda pasar por encima de todo el entramado internacional para defender sus intereses y el campo militar es la gran garantía de éxito.

Eso implica una gran inversión no sólo en la estructura militar, como hemos visto en el punto anterior, sino que estas tropas altamente preparadas pero pequeñas en número, necesitan de una cobertura tecnológica que implica el desarrollo de la tecnología militar (drones, helicópteros, misiles etc…). que ayudarán a Estados Unidos a llevar la iniciativa militar en sus campañas.

La red de seguridad en la defensa de sus intereses permite enfrentar de actos de agresión.

The speed of American Warfare

Junto con las unidades especializadas y el desarrollo tecnológico la velocidad es básica. Estados Unidos, una vez en guerra o si debe llevar a cabo una misión, debe llevar a cabo la campaña de forma rápida. Eso implica el uso de las tropas desplegadas por todo el mundo, el uso de la tecnología y la capitalización de la guerra relámpago mediante movimientos masivos, constantes y rápidos que saturen al enemigo.

Esto establece la: «velocidad dentro de la respuesta» basada en el tándem estrategas-operaciones tácticas.

Esto consiste en la siguiente ecuación: Estados Unidos se despliega por todo el mundo pero no tiene por qué estar activa sino que sus tropas pueden estar haciendo labores no bélicas en esos cuarteles aunque la comunidad de información no puede dejar de funcionar.

¿El objetivo de esto? poder activarse de forma rápida no moviéndose por los lugares donde surjan conflictos sino actuando dentro del propio conflicto.

The precision of American Warfare

Su presencia en todo el mundo, la comunidad de inteligencia, la capacidad de respuesta rápida y el auge de los pequeños grupos de operaciones especiales hace que emerja de forma natural otro de los atributos del ejército de los Estados Unidos: la precisión.

Esta atribución entiende la precisión como un elemento político y de superioridad y se muestra como un éxito de diversos campos que confluyen en esa operación y en ese efecto.

Los ataques selectivos en Serbia, Afganistán, Irak, Siria, Yemen o Sudán, entre otros, es una gran prueba de esto de ahí que sea uno de los puntos más importantes sobre los que se sustenta el modelo militar estadounidense, copiado por la Rusia de Putin en Siria o Ucrania.

Como, según el Plan Cebrowski, no existían ya las guerras estado-estado entre ejércitos sino que las guerras serían contra individuos muy ideologizados con estructuras locales el campo de batalla sería todo el mundo y la destrucción de países sería algo absurdo que generaría más problemas que beneficios de ahí que el objetivo de estas operaciones sea la destrucción de infraestructura enemiga y el asesinato selectivo de enemigos reduciendo al máximo las muertes o daños colaterales.

Israel, curiosamente, en sus campañas de asesinatos selectivos fue criticado por Estados Unidos pero el Plan Cebrowski avaló dicha táctica como beneficiosa. El asesinato o destrucción de estos objetivos se puede llevar a cabo mediante sabotajes por parte de unidades especializadas como dijimos antes o mediante ataques aéreos furtivos por parte de cazas o drones.

The transformation of American Warfare

Si nos fijamos bien la política de Estados Unidos se basa en la disuasión y en la guerra preventiva más que en la declaración de guerra objetiva ¿razones? no perder la iniciativa y dominar el campo militar y, por extensión, la política mediante el discurso de la protección de la seguridad interna. Ya la disuasión pasiva fue puesta de manifiesto con la URSS y la DMA (Destrucción Mutua Asegurada) que, sin embargo, plagó el mundo de conflictos como en Cuba, Vietnam, Corea, Grecia, Irán, Nicaragua, Angola etc…

La disuasión ha pasado de ser una opción nuclear a militar, el poder que ha demostrado Estados Unidos para destruir Afganistán, Irak, Libia, Siria o Yemen (sin contar Nicaragua, el Salvador, Laos o Vietnam) refuerza el discurso de la disuasión.

Las guerras dejarán de ser punitivas ni necesitarán de Casus Belli y pasarán a ser preventivas. En este caso el Casus Belli será la amenaza (real o no) de una potencia o grupo a los intereses norteamericanos.

Esto implicará un cambio en la administración del propio ejército que el propio Plan Cebrowski, en su documento, basa en los siguientes puntos:

  • Fuerzas especiales y operaciones cuya inserción más fácil y conocimiento local extenso les dará mayor poder y utilidad que las grandes formaciones que se despliegan desde ubicaciones remotas logrando un gran valor añadido a la operación y a los componentes altamente especializados;
  • Fuerzas capaces de aplicar técnicas y tecnologías de la era de la información a la guerra urbana utilizando este modelo de combate sobre el de grandes luchas en campos abiertos, costas o montañas al existir una mayor densidad de población en ciudades que en zonas urbanas fácilmente controlables;
  • Fuerzas de inteligencia civil y militar (CIA y DIA) orientadas a la vigilancia para contrarrestar amenazas como las armas de destrucción masiva, para lograr que las advertencias inequívocas sean conocidas en momentos tempranos y no cuando la amenaza sea real;
  • Conceptos de «unión de fuerzas» que se extiende a través del nivel táctico de la guerra;
  • Capacidades interagenciales para la construcción de operaciones de policía, de tal forma que las fuerzas de élite tengan capacidad de responder en varios escenarios al mismo tiempo a pesar del diferente desarrollo en los distintos escenarios;
  • Ajustes en la estructura de la fuerza y ​​la postura en consideración a los crecientes roles de seguridad nacional de la Guardia Costera, la Guardia Nacional, la Guardia Nacional Aérea y las Reservas a modo de convertirlas en unidades capaces de responder y desplegarse. (Fuente: Plan Cebrowski)

Motivación

Si motivación no existe moral en el combate. La motivación de los yihadistas es el islamismo y la imposición del Islam en los territorios por los que luchan, Estados Unidos enfrenta un grave problema moral entre sus tropas si están lejos de su territorio y libran guerras abstractas donde la amenaza real a Estados Unidos no sea palpable, por ejemplo ¿que amenaza real representa Boko Haram para Estados Unidos?…esas preguntas que se haría un soldado tradicional desplegado en Nigeria provocaría la caída de la moral y una desconfianza en los resultados de la guerra.

Sin embargo si la motivación de la guerra para los soldados desplegados debe ser la misma razón abstracta que los lleva ahí ¿qué tiene Estados Unidos que proteger en los ardientes desiertos del norte de Nigeria?…la libertad y democracia del pueblo nigeriano que se enfrenta a los islamistas.

Esa ideologización les convierte en tropas morales y refuerza el recurso psicológico del propio despliegue en la zona atribuyéndoles también (al ser desplegados en pequeñas unidades y muchas veces en zonas urbanas) labores policiales por lo que tenemos un soldado-policía cuya misión es proteger a las comunidades (según la ideologización a la que se somete a estas tropas) del mal.

Todo esto ha creado un soldado de muy alto valor añadido: bien entrenado, con buena información de su misión, motivado, con una red de apoyos tecnológicos que predice campañas rápidas (las tropas son renovadas cada pocas semanas) y desplegado por todo el mundo teniendo una rápida capacidad de reacción.

No se entiende la política de Estados Unidos en los últimos treinta años sin tener en cuenta el Plan Cebrowski cuya función no es otra que convertir a Washington en la gran potencia mundial.

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