viernes, abril 19, 2024
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El papa Francisco admite que la Iglesia está «en crisis» por los abusos

Francisco asegura que a la Iglesia se le pide «una reforma» respecto a los abusos y que esta no puede consistir solo en palabras

El papa Francisco rechazó hoy la renuncia del arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Reinhard Marx, presentada como gesto para asumir responsabilidades ante los abusos a menores por parte de miembros de la institución alemana, aunque valoró su decisión y admitió que «toda la Iglesia está en crisis» a causa de estos escándalos.

El cardenal Marx, expresidente de la Conferencia episcopal alemana y estrecho colaborador de Francisco al pertenecer a la comisión cardenalicia que le asesora, presentó el pasado viernes su renuncia. Una decisión que se produjo como «señal de la asunción de responsabilidades» tras el demoledor informe sobre los abusos a menores y encubrimientos en el periodo entre 1975 y 2018 por parte de sacerdotes de la archidiócesis de Colonia.

«Querido hermano, ante todo gracias por tu coraje. Es un coraje cristiano que no teme la cruz, no teme anonadarse delante de la tremenda realidad del pecado», señala hoy en una carta el papa, en la que agradece a Marx su decisión.

Una Iglesia «en crisis»

En la misiva, Francisco, al referirse a la situación que el cardenal alemán está viviendo, afirma que «toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis».

Según Francisco, «la política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven. Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual».

El papa se muestra de acuerdo con Marx en calificar «de catástrofe la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo» y que el primer paso que debe dar la Iglesia es hacerse «cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente».

Francisco asegura que a la Iglesia se le pide «una reforma» respecto a los casos de abusos y que esta no puede consistir solo en palabras «sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia».

«Los silencios, las omisiones, dar demasiado peso al prestigio de las instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico», destaca el papa, que urge a «ventilar esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia».

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