miércoles, abril 24, 2024
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El fundador de Alibaba continúa en paradero desconocido mientras China aumenta el control sobre sus empresas

El multimillonario Jack Ma, fundador de Alibaba, criticó la regulación por parte del Gobierno chino y actualmente se encuentra en paradero desconocido

La importancia del Partido Comunista Chino (PCCh) dentro del país asiático es una realidad conocida internacionalmente. Muchos de los empresarios más importantes de China (y en especial, los fundadores de las compañías tecnológicas) forman parte de él. Hace unos años se descubrió que Jack Ma también formaba parte del PPCh.

Anteriormente las empresas innovadores, quienes han llevado a China a ser una potencia mundial y a liderar las listas de países exportadores de tecnología, no contaban con ningún tipo de regulación por parte del partido, y desde Pekín se intentaba favorecer al máximo su crecimiento para que sus proyectos se pudieran llevar a cabo.

Pero esta situación se ha dado la vuelta y el último mensaje de Pekín a los empresarios se puede resumir en que nadie está por encima del partido.

Jack Ma, ya había criticado, el 24 de octubre, las regulaciones por parte del Gobierno chino y sentenció que no debería regularse el futuro con los medios de ayer, afirmando que desde China deberían aprovecharse las capacidades tecnológicas para construir un sistema de crédito «basado en el big data para deshacernos de las mentalidad de casa de empeño».

Para que el mensaje de que el más fuerte es siempre el partido quedara claro y calara hondo entre los emprendedores, el Gobierno chino decidió ir a por Jack Ma, el empresario más rico y el más valorado entre la población, después de que realizara estas críticas contra la regulación. Y lo hizo paralizando la salida a bolsa más grande de la historia, la de la plataforma de pagos de AliBaba. Desde Pekín temían que si permitían la operación el PCCh perdiera poder. Su solución fue congelar la oferta pública alegando que no cumplía con los requisitos.

Jack Ma no ha vuelto a aparecer en público desde su discurso del 24 de octubre y el Financial Times informó el pasado viernes de que Ma fue reemplazado como juez en un programa televisivo en el que se esperaba su presencia.

El paradero del empresario es una incógnita y, pese a que en Twitter se especula sobre el tema, en la China continental, donde la red social está bloqueada, no ha sido un tema relevante. 

El Gobierno chino, insatisfecho con el castigo impuesto al empresario, decidió otorgarle un regalo navideño la víspera de Nochebuena, cuando se anunció el inicio de una investigación sobre Alibaba por presunta conducta monopólica. El último y el peor golpe contra el gigante chino.

Tras esta noticia las acciones se desplomaron. Han perdido una cuarta parte de su valor desde que su fundador criticara las regulaciones del Gobierno Chino. Los inversores reaccionaron con miedo ante las amenazas de Pekín, que ahora percibe a sus propias empresas como una amenaza para la estabilidad política y financiera del país. 

 

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