miércoles, abril 24, 2024
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El despropósito histórico de los cambios de calles en Palma

Entre las ‘víctimas’ en el callejero balear figuran los almirantes Churruca, Gravina y Cervera, la ciudad de Toledo y un castillo navarro

El alcalde de Palma, José Hila (PSOE), anunció este lunes la decisión de su Gobierno municipal de cambiar el nombre de 24 calles y plazas de la capital balear por «su origen franquista» y «fascista».

Al margen de que no parece que las modificaciones en el nomenclátor sean la prioridad de los ciudadanos (más cuando el PIB en las islas se ha hundido un 23,7%), la decisión del alcalde sorprende por su ignorancia de la historia, o tal vez por su deliberado desprecio a esta en pro de una resolución marcadamente ideológica.

Pero repasemos brevemente el despropósito histórico de algunos cambios de calles que el alcalde socialista considera tan fundamentales.

Churruca, Gravina y Cervera

Los tres casos más mediáticos han sido los de tres almirantes de la Armada Española: Cosme Damián Churruca (1761-1805), Federico Gravina (1756-1806) y Pascual Cervera y Topete (1839-1909). Los tres marinos tienen tres cosas en común: que hallaron la gloria en la derrota, que fueron sus superiores quienes los llevaron al desastre (el francés Villeneuve en el caso de Churruca y Gravina; el Gobierno español, en el de Cervera) y que son muy anteriores a Franco.

Ah, y una cosa más une a estos tres personajes: están enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres de la Armada, en San Fernando (Cádiz).

Llegados a este punto alguien podría sacar a colación el argumento que esgrime el Ayuntamiento de Palma, que el cambio de calle no tiene que ver con los almirantes, sino con los barcos que llevan sus nombres.

Y es que durante la Guerra Civil tres buques participaron en la contienda bautizados como los destructores ‘Churruca’ y ‘Gravina’ y el crucero ‘Almirante Cervera’. La prueba de que este es el clavo al que se agarra el alcalde socialista de Palma es la respuesta que Hila dio a un tuit de Arturo Pérez-Reverte, en el que el académico y novelista criticaba la decisión del Ayuntamiento.

«Quisiera explicarle de forma educada que las tres calles se pusieron en honor a tres navíos franquistas», escribió el alcalde.

Pues el mensaje de Hila sería todo lo educado que ustedes quieran, pero no por ello menos mentiroso. Y es que de los tres buques arriba mencionados solo el ‘Almirante Cervera’ combatió en el bando sublevado. El ‘Churruca’ y el ‘Gravina’ permanecieron leales al Gobierno republicano.

Hablando de barcos, permítanme compartir una maravillosa coincidencia. Resulta que el cambio de nombre que debería impulsar el alcalde es el de la comunidad autónoma de la que Palma es capital. El motivo es que el crucero Baleares sí luchó en el bando sublevado, participando además en el bombardeo de Málaga, en 1937, que dejó miles de bajas civiles.

Toledo y un castillo navarro

Pero no se queda ahí la cosa. El Ayuntamiento de Palma también cambiará el nombre de la calle Castillo de Olite (un palacio que los reyes de Navarra construyeron en el siglo XIII) y de la calle Toledo.

En el caso del castillo, es cierto que hubo un barco llamado ‘Castillo de Olite’ que combatió en la Guerra Civil, pero, teniendo en cuenta que fue un buque de origen holandés, bien podría haberse librado de la quema inquisidora socialista.

Lo de la calle Toledo tampoco se entiende demasiado. Asumiendo el marco mental socialista, la decisión habrá venido por el asedio del alcázar de la ciudad durante la Guerra Civil, pero no es que la calle se llamase ‘Alcázar de Toledo’, sino simplemente ‘calle Toledo’. Bien podría darse por hecho que, 85 años después de aquel sitio militar, los vecinos de Palma ya no piensan en hazañas bélicas cuando ven ese cartel, sino más bien en la capital de Castilla-La Mancha.

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