La semana pasada el bloque conservador ya había perdido cuatro puntos hasta el 29%, el nivel más bajo desde el invierno previo al inicio de la pandemia
El bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, sigue perdiendo popularidad y cae esta semana a niveles de febrero de 2000, después del escándalo de las cuentas secretas en la Unión Cristianodemócrata (CDU) durante la era del canciller Helmut Kohl, reveladas en 1999 tras su derrota.
Según un sondeo realizado por el instituto demoscópico Forsa entre el 16 y el 22 de marzo y difundido este miércoles por el grupo mediático RTL, la CDU de Merkel y su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) bávara pierden tres puntos más y se sitúan en el 26 % en intención de voto.
La CDU/CSU sólo había estado peor en junio de 1999, poco después de las elecciones europeas.
Ya la semana pasada, el bloque conservador perdió cuatro puntos hasta el 29%, el nivel más bajo desde el invierno previo al inicio de la pandemia, después de los malos resultados en las elecciones regionales en dos estados federados y el escándalo revelado por negocios con mascarillas sanitarias en sus filas.
La CDU pierde en su territorio electoral -que excluye Baviera- más apoyos que la hermanada CSU en el suyo.
Así, los cristianodemócratas pierden ocho puntos respecto a los comicios generales de 2017 y se sitúan en el 24 %, mientras que los socialcristianos bávaros tiene con el 35 % cuatro puntos menos que en las pasadas elecciones.
En tanto, los liberales del FDP ganas dos puntos y los verdes, uno, mientras el resto de partidos se mantienen invariables.
La actual coalición de Gobierno no obtendría la mayoría para gobernar
De celebrarse ahora elecciones generales, los conservadores sumarían por lo tanto el 26% de los votos -frente al 32,9% en los comicios de septiembre de 2017-; los socialdemócratas, un 16% (20,5 %); los liberales, un 10% (10,7%); los verdes, un 22% (8,9 %); la Alternativa para Alemania (AfD), un 10% (12,6 %) y la Izquierda, un 8% (9,2 %).
El resto de partidos se llevaría el 8 % de los votos (5,2 %), mientras que la cifra de indecisos y no votantes se sitúa con el 21 % por debajo del 23,8 % que no votó en los comicios de 2017.
Los grandes ganadores serían los verdes, que serían el único partido con más diputados -104- en el Bundestag, y el gran perdedor, el bloque conservador, con 41 diputados menos.
Así, en un Parlamento de 728 diputados, los conservadores seguirían siendo la principal fuerza con 205 escaños; seguidos de los verdes, con 171; los socialdemócratas, con 124; los liberales y AfD, con 78, respectivamente, y la Izquierda, con 62.
Tanto una coalición entre conservadores y verdes como una alianza como la fórmula conocida como «semáforo» -verdes, socialdemócratas y liberales-, por los colores con los que se identifica a estos partidos, lograría una mayoría para gobernar.
Así, conservadores y verdes sumarían 376 escaños de los 360 necesarios y la opción del «semáforo», 373; la actual coalición de gobierno entre conservadores y socialdemócratas sólo contaría con 329.
El preferido para canciller: el conservador Bávaro Söder
En tanto, si los encuestados pudieran votar de forma directa a su canciller, el 35 % se decantaría por el líder de la CSU y jefe de Gobierno de Baviera, Markus Söder -que pierde un punto-, y un 20 % lo haría por el copresidente de los verdes, Robert Habeck -que se mantiene-, mientras el candidato socialdemócrata, el actual ministro de Finanzas, Olaf Scholz, gana un punto hasta el 16 %.
Söder sumaría incluso el 37 % si sus contrincantes fueran la copresidenta de los verdes, Annalena Baerbock, y Scholz, que se llevarían el 16 % de los votos, respectivamente.
El presidente de la CDU y actual jefe de Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, otro posible candidato a la Cancillería por el bloque conservador, pierde tres puntos al igual que su partido hasta el 18 % de apoyos.
Tanto Habeck, con el 22 %, como Baerbock, con el 20 %, se colocarían por delante de Laschet (18 %) y Scholz (19 %).
