martes, abril 23, 2024
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De cómo la inteligencia gana nuestras almas

Es paradójico en la historia que los grandes expertos en España y su Historia sean casi todos extranjeros. No puedo, tras más de cuatro décadas preguntando, evitar sorprenderme de que se valoren los legados y acciones propias “más en terreno enemigo que en la propia tierra”.

Pero es cansina la queja perenne por “leches derramadas” y llantos periódicos sobre las “injusticias del sistema”. Todo sistema por definición es injusto, puesto que sólo cumple el cometido que le diseña; a saber: o hacer laboratorio de un territorio para probar en carnes ajenas lo que no queremos en las propias, o sencillamente cumplir con el cometido que se tiene asignado de forma rotatoria en las cúspides de “orden mundial”. Ahora mientras la Anglosfera cae en influencia y se rebela poniéndose “prietas las filas”, en otros siglos el dominio fue Hispánico, o Romano, o sencillamente decir que el futuro es ya, claramente Asiático, por no decir Chino para que no me acusen por enésima vez de estar a servicio de intereses que me son ajenos. Sería bonito que todos aquellos que acusan a otros de “trabajar a las ordenes de potencias extranjeras” declararan sus propios intereses, algunos legítimos, otros trapaceros y muchas veces desconocidos para ellos mismos… Existe un adagio en Contrainteligencia que dice: “no hay mejor infiltrado que aquel que no sabe que lo es… como no hay mejor agente que aquel que es creyente de un ideal imbuido”. A ustedes les dejo las deducciones. 

Busquen en hemerotecas rastreen en informaciones abiertas los círculos de poder y las “corresponsalías o puestos públicos o privados” otorgados tras unas buenas palabras en un momento adecuado o una crónica informativa y mantenida, obediente a “la voz de su amo”.  Filetes jugosos que son lanzados desde los conciliábulos para alimento de los siervos. Les gusta ver cómo se pelean por becas en sus universidades o por suculentos “bolos” de experto con guiones elaborados por otros.  Aplicaré Juan 8: 1-7 con el mismo rigor que me aplican. Es fácil denostar, pero nadie quiere “probar lo dicho”; mas si alguien desea que rinda cuentas, no me negaré a dárselas, en tiempo, plazo y forma.

He cambiado de armamento a ver si atino mejor. Dado que el usuario no es muy ducho, que lo sea “la herramienta”. Quizá con un Accuracy International AX llegue a donde antes no llegué con precisión.

Durante décadas me acompaña un acrónimo que me repito cada mañana, como releo constantemente “Esperando a los barbaros” de Kavafis o el “Depoimento” de Miguel Torga.

Seis letras que resumen muchos de mis objetivos vitales: BvShBs. Seis palabras que me acompañan desde que tengo memoria. La misma atesorada en los cuadernitos donde todo anoto, y a los que me acostumbró a usar mi hermano Eduardo, desde la sombra de su vida y la lucidez de su compañía.

Nos provocan desde todos frentes y es de forma periódica para lograr la división y el frentismo;  desde la creación de la Leyenda Negra por quien fuera uno de los grandes del acceso a la información privilegiada en la Inteligencia Española, Antonio Pérez que con los conocimientos que tenia de virtudes y vicios del Estado los vendió primero a Francia y luego a “la pérfida Albión”, al ser prófugo por temor a que el “sistema” que tan bien conocía no le amparase por “tocar a un miembro del clan dominante informando con mentiras”, conspiró para su muerte implicando a la Corona, y denostó a Juan de Austria. Le costó destierro, ignominia y buen sueldo temporal de quienes desde entonces conocieron el alma hispana como nadie. Murió en la miseria por que evidentemente tras ser usado y dejarle “seco de información”, se cumple la norma nacida en la Hispania Romana de que “Roma no paga traidores”.

Brevemente con esto apreciamos la tendencia de “amor fratricida” que suelen apreciar en nosotros aquellos que compran nuestras almas desde las épocas de Felipe III hasta el día de hoy. Una practica constante en las familias españolas de todo linaje y alcurnia que optaban por que otros hicieran sus “guerras y vendettas” a beneficio de herencia.

Pero también tenemos la primera figura que creo un verdadero sistema moderno de información e inteligencia, que construyó sistemas que luego otros se apropiaron para demostrar su “supuesta superioridad”, y que hoy vemos aplicados en nuestras carnes con sistemas de información y manipulación de fuentes, conocidas por “fake news”; la creación y el cebamiento de disputas entre regiones para desestabilizar un estado; el “pesebre” de funcionarios, clérigos y altos cargos civiles o militares que a cambio de prebendas vendían o entorpecían cualquier innovación que apuntara en nuestras mentes; o sencillamente que, por ejemplo, el Cine español sea de todo menos ingenioso, Berlanguiano o innovador. A veces parece que no salimos ni del esperpento, que ni Valle Inclán toleraría, ni del tópico casposo que confundimos con comedia o “realismo social”; mientras otros, nos venden sus ideales y sus modelos culturales que luego deseamos que nos “compren el alma”… por citar uno, quizá el más exitoso entre nosotros, una mala copia del “el american way of life”. Ahora lo llaman Inteligencia Económica o sencillamente “innovación disruptiva”, cuando de toda la vida han sido procesos de influencia y manipulación de grupos sociales. Cito este no por que sea un anti nada, si no para que por algún sitio comencemos, y que mejor por la potencia que se está “marchando”, como nosotros nos marchamos antes.

Debiéramos leer los escritos y vida de Juan Velázquez de Velasco, maestro de espías y creador del sistema más completo de redes de información, en los albores del siglo XVI, y ver desde entonces que no necesitamos investigación académica o innovación pagada a foráneos, si no incentivo del terreno fértil; no debemos pleitesía intelectual en estos temas a nadie, pero sí deudas contraídas por sobornos aceptados y  firmados por nuestros aforados en todo escalafón. Cansado estoy de ventas de otros modelos de “Inteligencia” que parecen grandiosos, cuando su mejor virtud es la publicidad y la correcta financiación. Me he dado cuenta de que no necesito hacer lista de lo errores de estar cegados por parte de nuestro “Mandarinato”. Lo que se debe hacer es buscar de nuevo las palancas que nos permitan salir del “letargo de siglos y de la indolencia teñida de bravura” con la que nos significan desde fuera.

Ahora que cambia el tablero geopolítico muy rápido, sería el mejor momento de crear “ingenio” para recuperar el peso perdido con políticas sensatas y de largo aliento. Un deseo complejo, lo se. Pero perentorio como ninguno. No espero Salvapatrias, sólo confío en la tarea colectiva de aquellos a los que une un pensamiento y no ideológico o religioso, pero sí un trasunto de “seña de identidad”.

Si leemos al viejo Poema del “Mio Cid” encontramos el sentido a las seis palabras que guiaron esta pieza y martillean mi cabeza desde la década de los ochenta: “Buen Vasallo si Hubiera Buen Señor”. Quizá sea el momento de tomarse las cosas de otra manera y pensar que el que vemos como contrario quizá no lo es tanto, un poco de humildad discutiendo las posturas nos haría más fuertes que los voceríos y gritos a pie de calle.

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