viernes, abril 19, 2024
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Cristanofobia, realidad silenciada

La persecución de los cristianos no es cosa del pasado, ni son mitos o leyendas del Imperio Romano. Es una realidad contemporánea, dolorosa y silenciada que no se suele mostrar por los medios de comunicación.

El derecho a la libertad religiosa y a la no persecución por motivo de fe está escrito en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Perseguir a la comunidad cristiana es una violación de los derechos humanos y la libertad religiosa pero una realidad que se silencia de forma sistemática.

Empezando por el acoso de los grupos de presión de la izquierda moderna y continuando por las actividades de grupos guerrilleros de corte socialista en América Central y Sudamérica con la constante persecución de cristianos (católicos y evangélicos) convenientemente silenciada que casa con la purga, acoso y persecución constante de los cristianos en China.

A la eterna y ya asumida persecución por la izquierda en sus formas socialistas, progresistas, maoístas o guerrillera guevarista en China, Sudeste Asiático, Occidente o América Latina hay que sumar la persecución por parte de la yihad global, que ha tenido desde siempre a los cristianos en su punto de mira.

En Abril de 2014 más de 200 niñas Nigerianas cristianas fueron secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram, sucursal del Estado Islámico en Nigeria, y fueron vendidas como esclavas, forzadas a convertirse al Islam bajo amenaza de muerte, violadas y torturadas. Hoy, varios años después apenas se sabe nada de ellas. Aparte de este brutal ataque, la comunidad cristiana de Nigeria lleva años siendo atacada por milicias radicales Islamistas.

En el año 1996, durante la guerra civil que azotó Argelia, un grupo de radicales islamistas asaltaron el monasterio de nuestra señora del Atlas, en Tibhirine, y secuestraron a los monjes, que fueron asesinados poco después en lo que eran los comienzos del yihadismo global.

En Sudán, bajo la presidencia de Omar al Bashid, condenado por el Tribunal Penal de Derechos Humanos. La doctora Mariam Yehya Ibrahim fue condenada a muerte por lapidación, ¿razón? convertirse al Cristianismo. La condena suscitó la protesta de la Comunidad Internacional debido a las constantes violaciones de derechos humanos en Sudán, el caso de Darfur, o la persecución de cristianos. La condena fue tan virulenta que la doctora Ibrahim dio a luz a su hijo con grilletes en los pies. Después de una durísima presión internacional a la doctora Ibrahim se le concedió asilo en Italia y fue liberada.

En Pakistán Asia Noreen, Asia Bibi, fue condenada a la horca en 2010 por supuestamente «blasfemar contra el profeta Muhammad», aunque según ciertos testigos esta condena fue por negarse a convertirse al Islam. En Octubre de 2018 fue absuelta por el tribunal supremo de Pakistán a pesar de las protestas de los radicales islamistas que, incapaces de pensar por sí mismos o entender que la acusación era falsa, siguieron con las amenazas a la cristiana. En Pakistán la lucha sectaria es la moneda corriente de los musulmanes sunitas y chiitas, pero también contra los cristianos, sobre todo en zonas cercanas a los dominios de los santuarios talibanes en el occidente de Pakistán, donde los cristianos son perseguidos. En la India sectores extremos que siguen ideologías identitarias como el Hindutva rechazan, persiguen y acosan a los cristianos, de hecho entre 2016 y 2020 Persecution Relief, una organización cristiana local, registró 1961 casos de crímenes de odio contra cristianos en el subcontinente.

En Egipto después de la caída de Hosni Mubarak y durante el gobierno de Mohamed Mursi la comunidad Cristiana fue duramente perseguida por el nuevo gobierno islamista, de ahí que el patriarca Copto de Alejandría apoyara el golpe de estado militar del general Al Sisi, que debido a la naturaleza militar, laica y socialista del régimen no persigue a los cristianos pero los señala como tal en los documentos nacionales de identidad.

El crecimiento del Estado Islámico puso a los cristianos de nuevo en una situación muy delicada en el Sinaí, que prácticamente han abandonado. En el Domingo de Ramos de 2017 se produjeron dos atentados en iglesias de Alejandría y Tanta, produciendo 53 muertos y 204 heridos, el día 16 de mayo de 2017, en El Cairo, un atentado asesinó a 28 peregrinos cristianos.

En Irak, desde el año 2003, y tras la proliferación de grupos radicales como Al Qaeda en Irak, la persecución contra las minorías religiosas se intensificó: mandeos, yezidís y cristianos sufrieron ataques terroristas, fueron perseguidos y asesinados. Hasta tal punto que los obispos de las iglesias iraquíes pidieron ayuda.

En los dominios del Estado Islámico en Siria e Irak, durante el Califato, la vida de los cristianos se redujo a ser asesinados o esclavizados y las mujeres convertidas en esclavas sexuales y vendidas en mercados y, en el mejor de los casos, chantajeados con el pago de jizia a cambio de “ser protegidos” de aquellos mismos que les exigían tributos.

Se sabe que niñas sirias cristianas fueron vendidas a gerifaltes terroristas por 9.000 euros. Muchos niños son secuestrados y torturados hasta que aceptan la conversión, otros son asesinados. Los que sobreviven a esta macabra lotería deberán pagar el impuesto al Estado Islámico para poder seguir viviendo en sus territorios.

En Israel también existe una fuerte oposición a los cristianos por parte de los judíos ultraortodoxos, que no toleran presencia islámica ni cristiana, ya que consideran que en Israel solo debe haber judíos. Ciertos líderes religiosos judíos muestran una clara tendencia anticristiana y contra los judíos mesiánicos (judíos que creen que Jesús es el Mesías, una herejía grave para los religiosos cristianos) aunque el estado de Israel ha mostrado siempre un apoyo a los cristianos israelíes

En Arabia Saudí portar una cruz o una Biblia puede conducir a la cárcel y, seguramente, a la pena de muerte por decapitación a quién lo lleve a no ser que tenga una autorización especial. Si es un extranjero que vive allí, su futuro será ser deportado. Como vemos hay países islámicos antaño preñados de cristianos que hoy prácticamente no poseen ninguna comunidad como es el caso de Afganistán.

En el sur de Moscú Daniel Sisoev, un sacerdote ortodoxo ruso, fue asesinado de cuatro disparos dentro de la iglesia por un fanático islamista. Debido a sus misiones religiosas por toda Rusia donde predicaba el Cristianismo ortodoxo a los musulmanes, neopaganos y ateos aunque también a otras ramas cristianas, debido a esto recibió amenazas de muerte hasta que, en 2009, fue asesinado por un yihadista.

Irán posee una comunidad cristiana muy importante y antigua conformada por armenios, rum y ortodoxos que aunque poseen representación en el parlamento iraní (cinco escaños reservados) viven bajo el derecho islámico y no poseen igualdad ante la sharía chiíta iraní. En paralelo Turquía y Azerbaiyán ha perseguido a los cristianos, especialmente a los armenios. Caso claro son los genocidios armenio, de sayfo contra los cristianos arameos y asirios y contra los griegos del Ponto en pleno tránsito del Imperio otomano a la República turca. Hoy a pesar de que Turquía ha inaugurado una iglesia cristiana en Estambul, la primera en décadas, en las zonas ocupadas por Azerbaiyán en Nagorno Karabaj tras la guerra de 2020 el patrimonio histórico armeno-cristiano ha sido vandalizado y atacado provocando la huida de miles de armenios de la Artsaj ocupada a las zonas libres y a la propia Armenia.

De modo que la persecución contra los cristianos es una realidad en todo el mundo por diferentes causas. Esta persecución viola directamente los Derechos Humanos:

Artículo 7 de la declaración universal de los derechos humanos: El derecho a la Igualdad;

Artículo 8 de la declaración universal de los derechos humanos: El derecho a la protección Judicial;

Artículo 19 de la declaración universal de los derechos humanos: Libertad de expresión;

Artículo 20 de la declaración universal de los derechos humanos: Derecho de reunión y asociación;

Todos estos derechos están siendo violados por gobiernos, activistas que atacan a los cristianos muchas veces en forma de burlas y acoso (especialmente en ciertas zonas de Hispanoamérica y especialmente en Estados Unidos y Europa) que junto a las milicias terroristas que controlan amplias zonas de territorio hacen muy difícil, en diversos grados, la vida de los cristianos.

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