jueves, abril 25, 2024
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Castilla y León y el Gobierno se enfrentan por el nuevo protocolo del aborto, que entra en vigor este lunes

La Junta castellano leonesa señala que tiene «plena autonomía» para implementarlo e insta al Gobierno a abstenerse de dirigir requerimientos «vulneradores de sus competencias»

El sistema de salud de Castilla y León (Sacyl) estrena este lunes su nuevo protocolo para mujeres embarazadas, encaminado a reducir las interrupciones voluntarias de embarazos en la Comunidad, y que ha estado rodeado de polémica y contradicciones desde su anuncio el pasado jueves por parte del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox).

Derivación a salud mental de las mujeres «que lo requieran», una cuarta ecografía en el primer trimestre de embarazo para que los progenitores puedan escuchar el latido fetal y una ecografía en 4D antes de interrumpirlo son los tres principales servicios que ofertará la Comunidad a las mujeres embarazadas, incluidas las que manifiesten su voluntad de abortar.

Unas medidas que han generado polémica desde su anuncio el pasado jueves y que han llevado al Gobierno de España a remitir un requerimiento a la Consejería de Sanidad para que se abstuviera de ponerlo en marcha. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a esta cuestión en un acto este fin de semana en Sevilla señalando que con gobiernos socialistas «habrá avances» en beneficio de las mujeres y «ni un solo retroceso».

Como respuesta, la Junta de Castilla y León alegó a través de un comunicado que tiene «plena autonomía» para implementarlo e instó al Gobierno a abstenerse de dirigir requerimientos «vulneradores de su autonomía y sus competencias, recogidas en el Estatuto de Autonomía».

En el escrito, la Junta aseguró que cualquier medida de fomento de la natalidad y de apoyo a la familia se aplicará siempre sobre tres premisas: «El respeto absoluto a la Ley, a libertad y los derechos de la mujer embarazada y de los profesionales sanitarios».

No obstante, queda aún por despejar, hasta conocer en detalle esta instrucción comunicada a los facultativos a través de las gerencias de salud, si para los profesionales será «obligatorio e imperativo» ofrecer estas prestaciones a las mujeres que expresen su voluntad de abortar, como aseguró el vicepresidente de la Junta, de Vox, o será algo que quedará al criterio sanitario sin ser preceptivo, como matizó el propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, del PP.

Los tira y afloja de PP y Vox

Precisamente, desde que el vicepresidente anunciara esta medida el pasado jueves en consejo de Gobierno, los dos socios de Gobierno -PP y Vox- han mantenido un tira y afloja, con distintas versiones, incluso contradictorias, de qué supondrá este protocolo y cómo se llevará a cabo en la Comunidad.

Asimismo, además de la obligatoriedad o no de ofrecer este protocolo por parte de los profesionales sanitarios, PP y Vox también han evidenciado estos cuatro días sus diferencias argumentales para catalogar estas medidas.

Así, mientras que para Vox este protocolo es una respuesta «provida» a la «agenda abortista de la izquierda», para el PP no son medidas «antiabortistas», sino en «apoyo a la natalidad», con el énfasis puesto en la «voluntariedad» de las mismas para las mujeres, como recalcó este fin de semana el presidente autonómico.

«Todos los ataques, todas las difamaciones, todas las zancadillas… todo habrá merecido la pena si conseguimos salvar una única vida. Seguimos adelante, sin dar ni un paso atrás», escribía por su parte este domingo en redes sociales el máximo dirigente de Vox en Castilla y León.

Asimismo García-Gallardo manifestó este domingo que desde su formación no temen al Gobierno central y que no darán «ni un paso atrás».

«El Gobierno central teme que las madres tengan más información sobre su embarazo. Lo que aún no saben es que nosotros no les tememos a ellos», ha escrito el vicepresidente de la Junta en sus redes sociales.

Fuente: EFE

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