martes, abril 23, 2024
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Cacerolada a Bolsonaro tras un nuevo récord de muertes en Brasil por coronavirus

En 25 de los 27 estados del país la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos supera el 80%

El ruido de las caceroladas tomó este martes las calles de las principales ciudades de Brasil después de que el país latinoamericano registrase un nuevo récord de muertes por coronavirus. Las protestas señalan al presidente del país, Jair Bolsonaro, por su gestión de la pandemia.

Concretamente, el que actualmente es el país del mundo más castigado por la pandemia del COVID-19 registró 3.251 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que supone superar por primera vez los 3.000 fallecimientos en un día.

Con 3.251 muertes y 82.493 contagios registrados este martes, el gigante latinoamericano acumula 298.676 víctimas y 12.130.019 casos de la enfermedad desde que registró el primer caso, el 26 de febrero de 2020.

Estas cifras convierten a Brasil en el país con más fallecidos y contagios de COVID en la última semana y en el segundo con más víctimas y casos de la enfermedad en el mundo desde el comienzo de la pandemia, superado tan sólo por Estados Unidos.

El agravamiento de la situación confirmó que Brasil enfrenta una segunda ola del COVID mucho más letal que la primera, en parte causada por la circulación en el país de nuevas cepas del virus, entre las cuales se encuentra la llamada variante brasileña.

El aumento de los contagios y las muertes tiene a gran parte de Brasil al borde de un colapso hospitalario, ya que en 25 de los 27 estados del país la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos supera el 80%, y provocó una preocupante escasez de las medicinas necesarias para intubar a los pacientes y del oxígeno para los mismos.

La crítica situación de los hospitales ha obligado a las autoridades de diferentes regiones del país a adoptar medidas de restricción de la movilidad para intentar contener el avance del virus y reducir la presión del sistema sanitario.

Algunos de los estados más poblados de Brasil, como Sao Paulo y Río de Janeiro, adoptaron severas medidas para frenar los contagios y decretaron un festivo que se extenderá por toda la próxima semana, en la que estará prohibido el funcionamiento de todas las actividades, con excepción de las esenciales.

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