La paralización del gasoducto se ha puesto sobre la mesa como medida de presión económica hacia Moscú
El gasoducto Nord Stream 2, que transportará gas de Rusia a Alemania, aún no puede comenzar a operar al no cumplir con las normas energéticas europeas. Así lo comunicó la nueva ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.
El mes pasado, la Agencia Federal de Redes de Alemania anunció la paralización del proceso de certificación del gasoducto de forma provisional, hasta que el operador adopte una forma legal conforme al derecho alemán.
Sin embargo, el retraso en la puesta en marcha del gasoducto no parece únicamente una cuestión técnica. Desde el principio del proyecto, el Nord Stream 2 ha sido fuente de controversia entre sectores medioambientales y, sobre todo, con Estados Unidos, que llegó a imponer sanciones a empresas rusas y alemanas.
En las últimas semanas, además, la paralización del gasoducto se ha puesto sobre la mesa como medida de presión económica hacia Moscú ante la creencia de Washington y Kiev de que Rusia pretende invadir Ucrania en enero de 2022.
En este sentido, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró este domingo que su país está preparado para tomar las medidas que se abstuvo de adoptar en el pasado contra Rusia si ese país invade Ucrania. Consultado sobre la posibilidad de que Alemania suspenda la operación del Nord Stream 2, Blinken admitió que «es una fuente de influencia» sobre Moscú.
